Los seres humanos somos sociales por naturaleza y uno de los mayores deseos de las personas es encontrar a alguien con quien compartir su vida. Y aunque la unión de dos personas puede ser emocionante, también puede llegar a ser una experiencia muy retadora. Sobre todo, cuando hay dinero de por medio.
Según una encuesta de Ramsey Solutions del 2018, solo en Estados Unidos los problemas de dinero son la segunda causa principal de divorcio y se calcula que uno de cada tres rupturas en el mundo tiene una causa económica de fondo (OECD, 2022).
Los desacuerdos en cuanto a la contribución de cada uno al hogar, las diferencias para hacer inversiones a futuro y la administración de la economía familiar en general, afectan y pueden llegar a dañar la relación en pareja (Feiereisen, 2019).
Es por eso que es fundamental desarrollar hábitos financieros saludables y aprender a trabajar en equipo para lograr una estabilidad financiera en conjunto. Acá te compartimos una guía con 5 pasos simples para mejorar las finanzas con tu pareja:
Hablen de dinero: Lo primero que debemos hacer es hablar abierta y sinceramente sobre el dinero, incluso antes de tomar la decisión de vivir juntos. Conozcan los ingresos, los gastos y las deudas de cada uno y establezcan un presupuesto en conjunto. De esta forma, podrán tomar decisiones financieras en equipo y se evitarán sorpresas desagradables.
Establezcan sus objetivos financieros: Es importante que definan objetivos financieros en común, como por ejemplo ahorrar para una compra importante, unas vacaciones o para salir de una deuda. Así, podrán tomar decisiones financieras que les permitan trabajar juntos para alcanzar sus metas.
Definan sus prioridades y necesidades: Es necesario determinar las prioridades y necesidades de ambos. ¿Cuáles gastos son compartidos y cuáles son individuales? En otras palabras, definan cuáles son los gastos esenciales para su casa, como la comida, la salud, los ahorros y cuáles gastos son opcionales y/o personales, como por ejemplo la ropa y entretenimiento.
Analicen los ingresos de cada uno: Luego, deben analizar cuánto gana cada uno y cuánto dinero tienen disponible después de deducir los gastos fijos como la renta, hipoteca, facturas, etc. A partir de ahí, pueden determinar cuánto dinero tendrán disponible para cubrir los gastos compartidos.
Luego, pueden acordar contribuir con un porcentaje específico de sus ingresos para cubrir los gastos compartidos. Por ejemplo, si uno de los miembros gana más que el otro, este puede contribuir con un porcentaje mayor al hogar para que la carga financiera sea más equitativa.
Consideren un fondo común: Una opción adicional es crear un fondo común donde ambos depositen un porcentaje de sus ingresos para cubrir los gastos compartidos. Este enfoque puede ayudar a asegurar que los gastos compartidos se cubran adecuadamente y que los gastos personales se gestionen individualmente.
Tené en cuenta que cada pareja es diferente y que lo más importante es que comuniquen abiertamente sus necesidades y expectativas financieras y que estén de acuerdo en el método que decidan utilizar. Si están enfrentando dificultades para dividir los gastos, anímense a buscar ayuda de un experto en finanzas que los pueda asesorar y así lograr la solución que se adapte mejor a sus necesidades.
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