Poder manejar de forma inteligente tus finanzas personales te cambia la vida. Básicamente, te permite ver más allá de tu nariz y entender el panorama con perspectiva, te da la oportunidad de analizar a dónde querés llegar y comprender las estrategias y técnicas para lograrlo. En síntesis: saber, es poder.
¿Qué significa un manejo inteligente?
Cada situación es distinta, y cada cabeza un mundo, por lo que las herramientas y hábitos necesarios para administrar eficientemente tu patrimonio dependen de tu caso específico. Los detalles son contingentes a elementos como el nivel de ingresos, costo de estilo de vida, fondos de ahorro e inversiones, perfil de riesgo, etc. Pero la estrategia general es sencilla, y comienza por invertir en tu educación, elevar tu IQ financiero, y entender los hábitos que te ayudarán para alcanzar tus metas.
Lo primero que tenés que hacer es conocer los elementos básicos de tus finanzas personales. Por un lado tenemos tu ingreso, es decir, lo que añadís a tu patrimonio. Pensá en tu salario, o el interés que recibís por un fondo de inversión. Por el otro tenemos el consumo, relacionado a las necesidades y deseos que perseguís. Estos dos, son los pilares de tus finanzas en el corto plazo, y si estamos hablando de un manejo inteligente, tu nivel de consumo no debe superar tu ingreso. Esta estrategia abre la puerta a elementos un poco más sofisticados como ahorro, crédito, seguros e inversiones.
¿Por dónde empezar?
Con esto en mente, el siguiente paso es elaborar un presupuesto sencillo. Podés utilizar herramientas en línea, aplicaciones, una hoja de cálculo o una libreta. Lo importante es separar, por un lado, los elementos que añaden recursos, y por el otro los gastos, divididos entre aquellos necesarios para vivir y trabajar (como el costo de la renta o hipoteca de tu vivienda, comida, transporte, seguros, servicios básicos, y los pagos mínimos de tus créditos), y aquellos relacionados con lujos o cierto estilo de vida (suscripciones, restaurantes, viajes, entretenimiento, etc).
Empezá por analizar tus finanzas del mes pasado y respondé las siguientes preguntas:
- ¿Cuánto dinero generaste y cuáles fueron las fuentes?
- ¿Qué porcentaje de tu ingreso consumís en necesidades y lujos?
- ¿Estás pagando alguna deuda?
- ¿Te quedó dinero al final del mes?
- ¿Usaste crédito?
- ¿Cómo se vería un mes más representativo del promedio anual?
La diferencia entre necesidades y lujos puede no ser tan clara, pero lo importante es hacer un primer ejercicio y aplicar el modelo 50-30-20 para analizar nuestro estado financiero. Este modelo sugiere que debemos usar el 50% de nuestro ingreso en los gastos necesarios, el 30% en estilo de vida, y el 20% para ahorros, pago de deudas e inversiones.
En el mejor de los casos, te darás cuenta que estás gastando mucho menos en necesidades y lujos, o ahorrando demasiado. El mayor problema será decidir cómo aprovechar el excedente. En el peor, hay que hacer ajustes a los niveles de gasto y aumentar el compromisos con las deudas. Lo importante es quedarse con el modelo como meta en mente, comenzar a entender nuestros gastos en esas categorías y sobre todo, la relevancia del ahorro.
¿Cuál es el primer paso?
La primera meta debe ser un fondo de emergencias. Se recomienda tener un colchón de 3 a 6 meses de tu ingreso mensual. Este fondo te permitirá tener margen de maniobra ante gastos inesperados como una reparación en casa o quedarte sin fuentes de ingreso. Intentá dar el primer paso y dedicar la mayor parte de tu ingreso disponible para el ahorro en este fondo hasta que consigás un par de meses de tu salario, no te debería tomar más de un año. Después sigue alimentando poco a poco el fondo hasta conseguir los 6 meses.
Este fondo de emergencia es una red de seguridad ante situaciones donde los errores financieros son comunes. Ante la adversidad es difícil tener la cabeza fría, y cuando llegue ese día vas a agradecer la tranquilidad que te brinda el fondo de emergencia para tomar las mejores decisiones para vos. Cubrir gastos inesperados con créditos (normalmente mediante tarjetas) no suele ser una buena idea y es de los principales obstáculos para alcanzar nuestras metas.
Mientras creás este fondo, seguí tomando el pulso de tu presupuesto, adaptando tus patrones de consumo para alcanzar el 50-30-20, y aprendiendo sobre las estrategias y herramientas que podrás utilizar para alcanzar metas más complicadas. Un manejo inteligente de tu economía significa entender que nada es gratis, pero que tampoco hay imposibles.